Jorge Deza #FutbolFerrol
Racing de Ferrol y Real Jaén no defraudaron en la ida del play-off de ascenso a Segunda B. Campeones de los grupos I y IX de Tercera, cada uno sacó sus armas propias a relucir en una Malata que lució grandes galas. El cuadro andaluz se mostró talentoso, muy potente en ciertas facetas (por banda, en el primer tiempo, fue imparable). También rocoso y algo leñero. Presumió de campeón con caracoleos y guirnaldas. Se mostró aspirante sin paleativos. Pero le faltó un pequeño detalle: crear ocasiones de gol. El cuadro ferrolano, por su parte, optó por subir el Alpe d`Huez a golpe de riñón, sin ínfulas, con tiento, con trabajo, con concentración. Pablo Rey fue omnipresente y regaló pases con sello propio. Joselu estuvo imperial, dando trabajo al lateral derecho rival (que terminó expulsado) y peleando como pocas veces le hemos visto al de Palmeira. Adrián Armental puso el alma en su banda. Y el trabajo defensivo global fue cum laude. Constante. Casi nunca dejando margen para el peligro de los visitantes. Sabiendo alejar el balón de las zonas de conflicto. Y peleando hasta el final. Sacando jugo al balón parado. Ganando con justicia.

El Racing gestionó bien el partido. El Jaén dio pocos mordiscos pero siempre enseñó su mandíbula. Los de Larraz secaron a los hombres más dañinos del equipo andaluz y no se concedieron relajaciones. Les dejaron hacer en el primer tiempo pero no ejecutar. Sembraron los racinguistas su victoria semilla a semilla, con paciencia activa. Impusieron intensidad marca de la casa cuando tocaba. Y ya no hubo vuelta atrás.
Los “lagartos” fueron a veces llamativos pero siempre ineficaces. Impecables en materia de paredes y tratos del balón a 40-50 metros de Diego Rivas, peleones en las distancias cortas, y muy peligrosos por los exteriores. Pero hasta ahí. Estuvieron por debajo de lo aguardado en lo esencial. Vencer en A Malata hace mucho que no es fácil. Fueron a menos conforme el Racing les dejó claras sus credenciales y les terminó cogiendo el asfixiante tren impuesto por los verdes en un segundo tiempo simplemente tremendo. Su estrella Antonio tuvo escolta especial y casi ni apareció y la labor de los verde botella en materia de corte y confección, de despejes y marcajes, fue encomiable.
El Racing coleccionó ocasiones de gol. Pero De la Calzada, lo paraba todo volando bajo palos y sacando remos por todas partes. En alguna de las acciones despejó un balón de pura chiripa. Hasta que un córner botado por el maestro Pablo Rey en el cuarto minuto de la prolongación acabó con el tanto de Joselu, que solo tuvo que empujarla tras el rechace del entonado meta blanco. Y entonces hubo apoteosis a orillas del Sardina.
Quedan noventa minutos. Lo más difícil. El Real Jaén en su salsa en un campo de La Victoria con idéntico aforo que A Malata pero presumiblemente abarrotado. Queda ver, seguramente, lo más granado de un rival que, ni mucho menos, dijo su última palabra. Queda un infierno en la capital del Santo Reino. Pero somos los Diablos Verdes y sabemos mucho de demonios, infiernos y penurias. Tendrá que sudar tinta el once jienense para mandar al Racing a la repesca de la 2ª ronda. Tendrá mucho que luchar el equipo de Emilio Larraz para llevarse alguno de los resultados que le favorecerán (ganar, empatar, o perder por la mínima marcando). La guerra continúa y el domingo será entre olivares.