Jorge Martinez #FutbolFerrol
Domingo diferente en Ferrol. Desde primera hora de la tarde se veían a parejas, familias enteras y pandillas paseando y tomando algo en las terrazas con la verde. Daba igual si era la camiseta oficial, la del ascenso o incluso otras de gloriosas épocas pasadas como las de Horcajada, Uche…. el caso era vestirse de verde. Se iba acercando la hora del gran partido, el sitio oficial de quedada era el Guarisnais en Esteiro, pero este ya desde una hora y media hora del encuentro estaba repleto. Y ante el anuncio de que no se podía ver el partido en el exterior, ya que amenazaba lluvia, los racinguistas se fueron desplegando también por otros bares del Cantón y de Esteiro. Porque en Galicia otra cosa no tendremos, pero bares…. Un servidor vio el partido en el Mesón Meirás, un templo del racinguismo donde Pepe contenía sus nervios detrás de la barra para atender al personal. Un local que se llenó y que aglutinó a una mezcla de generaciones, desde los más veteranos y fieles al Racing hasta los más jóvenes con ilusión y ganas de fiesta. Tercios y vinos fueron saliendo con la misma fuerza que lo hizo el Jaén al campo de La Victoria. Sufrimos todos juntos en la primera parte, aplaudiendo las paradas de Diego Rivas e ilusionándonos con las galopadas de Joselu. El gol de los locales antes del descanso fue un mazazo, pero no pasaba nada porque como bien entendimos todos, «solo hace falta un golito»…..

La segunda parte empezó con una mezcla de ilusión y nervios. Los minutos iban pasando, y los más sabios del lugar nos advertían de que el Jaen «ya no muerde tanto como antes». Era verdad. Y si aún por encima Joselu recibe un balón, avanza hacia puerta y supera a De la Calzada en la salida….. ¡¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOL¡¡¡ El grito de alegría de Ferrol se rumorea que cruzó la ría. Lo más difícil estaba hecho, era cuestión de aguantar. Entre ovaciones, a Joselu, a Pablo Rey, a los valientes aficionados racinguistas desplazados a Jaén…. fueron pasando los minutos. Los últimos suspiros fueron de nervios y cánticos, el descuento eterno se mezcló con las ganas de salir a celebrar. Y llegó el final. Estalló la locura….. ¡¡¡¡todos para la fuente¡¡¡. Bueno, antes de llegar a la fuente había que cortar la Avenida de Esteiro. Un poco de bengaleo, cánticos, fotografías, mojaduras para casi todos…. y en procesión hasta la fuente. Una fuente que por la tarde echaba agua, pero que a la noche ya no…. (no destacó esta eliminatoria por la abundancia de agua, precisamente). Pero eso daba igual, «Esto es Ferrooooooool», «Volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser grandes, volveremos a ascender» y «Ferrol» de Los Limones sonaron desde Esteiro hasta el Cantón. Allí, en la rotonda del Jofre se montó la mundial. La estatua de homenaje a los caídos en África se convirtió en el centro de cánticos y celebraciones. Los autobuses y automóviles tenían complicaciones para circular, pero no les importaba, se sumaban a la fiesta. Bengaleos, gente de todas las edades y más cánticos inundaban la noche ferrolana con la luna como testigo. Y más cánticos, «Jose Luís, Jose Luís te quiero…..» o el tradicional «Me enamoré de tí» adaptado a la versión racinguista retumbaban en la noche ferrolana. Porque como dijimos antes, desde primera hora era un domingo especial y así terminó siéndolo, con ilusión en los niños, fiesta entre los jóvenes y caras de felicidad, alguna que otra lagrimilla y caras de una gran satisfacción entre los más viejos del lugar. Todos juntos dijeron, ¡¡¡AUPA RACÍNG¡¡¡
¡¡ADIOS A TERCERA, ADIÓS
¡¡¡#Navegandocaraunsoño


#FutbolFerrol


#FutbolFerrol