Desde el Estrella CF lanzaban días atrás un SOS en sus redes sociales. El campo de Santa Icía, su campo, en el que el mítico club del barrio, ha desarrollado su actividad durante décadas, languidece.
Entre la parsimonia de las instituciones y el vandalismo de unos pocos desalmados, el club ve como las entrañas de una parcela en la que se haya toda su historia, se llena de desperdicios, de basura, de pintadas y como sus vestuarios se deterioran sin que nadie ponga remedio o como el terreno de juego recibe la visita de vehículos motorizados que destrozan más aun si cabe un campo de fútbol que lo fue.
La directiva del Estrella CF que se ha visto abocado a abandonar su feudo y disputar sus partidos como local en O Cadaval, lejos de su barrio, clama socorro. Su campo no les sirve ya ni para entrenar. Su presidente Alberto Pena nos confesaba amargamente las penurias que atraviesa la entidad para lograr su supervivencia que solo personas como él y su junta directiva, junto a los técnicos y jugadores, son capaces de sacar adelante. Nada mejor que las propias palabras del club para lanzar el último…
SOS
Esto es de lo poquito que queda de nuestro campo en el corazón del barrio, durante este último año. Banquillos pintados y destrozados, chapas arrancadas, colillas, basura, coches y motos que entran al campo, menudeo y pequeña delincuencia en los alrededores, focos fundidos…
No tenemos acceso para personas con movilidad reducida, no tenemos cuartos de baño, no tenemos forma de impedir todo este vandalismo, todo este abandono. Este es nuestro triste décimo aniversario, nuestra realidad.
Muchos nos preguntaban hace un año por qué no seguir jugando en nuestro campo… la respuesta que debimos dar es que nuestros jugadores se merecen más. Que nuestra directiva, que trabaja cada día por mantener el equipo, se merece más. Que el barrio se merece más.
Socorro, Santa Icía.
Necesitamos ayuda, pero también respeto y civismo. Jóvenes ilusionados por el equipo, mayores que lo recuerden con cariño, aficionados que nos protejan.Nuestros jugadores no merecen entrenar aquí. Esto no puede ser el reflejo de nuestro barrio, la imagen de su equipo. Socorro.
¡A quién corresponda!
